Día Internacional de la Energía Limpia
26 de enero de 2024
La Asamblea General de Naciones Unidas ha proclamado el 26 de enero como Día Internacional de la Energía Limpia, para conmemorar el aniversario de la fundación de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) en el año 2009. Lo que se busca con esta fecha es acelerar la transición energética global hacia energías renovables.
El Director General de IRENA, Francesco La Camera (@flacamera), ha manifestado que: "con mucho entusiasmo aplaudo a la ONU y sus Estados miembros, incluidos los Emiratos Árabes Unidos y Panamá como cofacilitadores de la resolución, por su decisión de crear un Día Internacional de la Energía Limpia."
Al crear un día sobre la energía limpia, la ONU destaca la importancia de que el mundo se dirija a sistemas energéticos más modernos, asequibles y sostenibles que ayuden a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
¿Qué son las energías limpias?
Las energías limpias, también conocidas como energías renovables o energías verdes, son aquellas fuentes de energía que se obtienen de recursos naturales que son inagotables o que se regeneran de forma constante en un período de tiempo corto. Estas fuentes de energía no generan emisiones de gases de efecto invernadero ni contaminantes atmosféricos dañinos, contribuyendo así a reducir el impacto ambiental y el cambio climático.
Algunos ejemplos de energías limpias son:
- Energía solar: Obtenida del sol a través de paneles solares que convierten la luz solar en electricidad.
- Energía eólica: Producida por la fuerza del viento mediante turbinas eólicas que generan electricidad.
- Energía hidroeléctrica: Generada a partir de la fuerza del agua en movimiento, generalmente mediante represas o embalses.
- Energía geotérmica: Extraída del calor interno de la Tierra, aprovechando el calor natural bajo la superficie terrestre para generar electricidad o calefacción.
- Biomasa: Derivada de materia orgánica como residuos agrícolas, forestales o desechos orgánicos, utilizada para generar energía térmica o eléctrica.
Estas fuentes de energía limpia son sostenibles a largo plazo y contribuyen a reducir la dependencia de los combustibles fósiles, promoviendo un sistema energético más sostenible y respetuoso con el medio ambiente.