San Julián
Cada 28 de agosto se rinde homenaje a San Julián de Brioude, un soldado mártir que se convirtió en un fiel seguidor del evangelio.
¿Quién fue San Julián?
San Julián, también conocido como San Julián de Brioude y San Julián de Auvernia fue uno de los mártires más famosos del siglo IV. Era un valiente soldado, natural de la región de Auvernia en Francia. Estuvo bajo el mando de San Ferreol, dedicándose a la carrera de las armas. También fue un devoto del Evangelio.
Curiosidades y Leyendas
La leyenda acerca de este santo relata que Crispín, el gobernador de la provincia de Vienne, emprendió una persecución contra los cristianos. Por esta razón San Julián se retiró a Auvernia. Luego de enterarse acerca de su búsqueda, se presentó ante sus perseguidores.
Fue apresado, martirizado y decapitado cerca de Brioude, estimando que su martirio habría ocurrido entre los años 298 y 303. Posteriormente se construyó una iglesia, ubicada cerca de Clermont-Ferrand, colocando las reliquias del mártir. La iglesia de Saint Julien des Pauvres es actualmente la parroquia de los católicos melquitas de París. Esta edificación religiosa se convirtió en un centro de peregrinación muy reconocido.
Una de las leyendas señala que San Gregorio de Tours hacía mención de los milagros concedidos por la intercesión de San Julián. Entre ellos se destacan la curación de enfermedades, el control del clima y el control de acciones de ira.
Gregorio de Tours relató que las reliquias de este santo, provenientes de su tumba, proporcionaron la evidencia necesaria para constatar su poder milagroso.
Otra leyenda relata que unos cristianos ancianos, luego de sepultar el cuerpo de San Julián, se volvieron fuertes y vigorosos como jóvenes, durando muchos años más.
Por otra parte, la Leyenda Áurea sostiene que los verdugos llevaron la cabeza de Julián a Ferreol, y ante su negativa de ofrecer sacrificios a sus dioses fue martirizado y asesinado, sepultándolo con la cabeza de Julián entre sus manos. Posteriormente, en el año 431 San Mamerto de Vienne halló las reliquias de Ferreol y San Julián, descubriendo que la cabeza del santo y el cuerpo de Ferreol estaban incorruptos.
En el sitio del martirio de Julián se levantó un santuario con una fuente, en la que han ocurrido milagros desde hace varios siglos.
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