Jornada Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación
1 de septiembre de 2024
El 1 de septiembre de cada año, los cristianos de todo el mundo se unen en la Jornada Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación, una iniciativa instituida por el papa Francisco en agosto de 2015.
Esta jornada tiene como objetivo sensibilizar a los fieles sobre la necesidad urgente de proteger y cuidar el medio ambiente, promoviendo una conversión espiritual que responda a la crisis ecológica actual.
La fecha fue elegida en consonancia con la tradición de la Iglesia oriental, que marca este día como el comienzo del año litúrgico y la conmemoración de la creación del mundo.
¿De dónde proviene la Jornada Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación?
La inspiración para esta jornada provino del teólogo ortodoxo griego Juan Zizioulas (1931-2023), quien, durante la presentación de la encíclica Laudato Si, sugirió establecer un día especial dedicado a la oración por la creación.
En su encíclica, Francisco subraya la interconexión entre los problemas ecológicos y las crisis sociales, invitando a una ecología integral que reconozca la dignidad de toda la creación y la responsabilidad del ser humano en su cuidado.
El objetivo central de esta jornada es fomentar una "profunda conversión espiritual", una transformación de los corazones y las mentes de las personas para ver el mundo natural como un don precioso de Dios, digno de protección y cuidado.
Es una oportunidad para reflexionar sobre cómo nuestras acciones impactan en el medio ambiente y para comprometernos a adoptar estilos de vida más sostenibles y respetuosos con la creación.
Jornada Mundial de la Oración por el Cuidado de la Creación. Lema 2024: "Espera y actúa con la creación"
Para la jornada de 2024, el lema propuesto es "Espera y actúa con la creación". En su mensaje para la jornada, el papa Francisco subraya la necesidad de esperar, no de manera pasiva, sino como una actitud activa de cuidado y amor hacia la creación, que se traduce en acciones específicas para proteger nuestro planeta y sus recursos.
El papa enfatiza que la crisis ecológica no puede enfrentarse solo con palabras o buenas intenciones, sino con decisiones y acciones concretas.
Es un llamamiento a ser parte activa de ese cambio, colaborando con la naturaleza y respetando los límites que ella nos impone.
Siguiendo la tradición de la Iglesia oriental, esta jornada es también un momento para celebrar la grandeza de la creación de Dios. Es un recordatorio de que la creación es un don divino que nos ha sido confiado. Esta perspectiva espiritual motiva a los creyentes a ver la tierra no solo como un recurso a explotar, sino como una manifestación del amor de Dios, que requiere respeto y cuidado.